viernes, 8 de enero de 2010

Viaje

Comenzó mucho antes de empezar. No lo planifiqué, pero lo desee muchas veces. Quizá no es la forma, no son las circunstancias, no es el destino, pero es con quién. ¿Es que acaso no importa nada más? Sí, importan muchas cosas más. Importa el abismo infranqueable, el vacío imborrable, la soledad inevitable, la tristeza infinita, el desapego irremediable. Demasiados peajes. Pasaporte abierto hacia el final del destino. Cuántas veces de chicos imaginamos que es imposible llegar al final del arco iris a menos que se tengan poderes mágicos. Cuántas veces de grandes pensamos que el final de una historia es inabarcable. Y, valga la redundancia, finalmente se llega. Veo la meta. Así como un atleta atraviesa con esfuerzo las distancias que lo separan de la cinta que indica la llegada, me veo fatigada, abrumada, corriendo para cruzar definitivamente esa barrera. Las imágenes me pasan una a una frente a mis ojos, es como una especie de muerte. Hay dolor, es cierto. Pero no deja de haber cierto alivio. No sé si me muero yo o te morís vos. He muerto y resucitado tantas veces.Te he matado y has reencarnado tantas otras ... sin embargo, esta parece ser definitiva.Es la agonía, la mejoría antes de la muerte. Es un viaje de egresados. Salgo de tu vida. Salís de la mía. No habrá portazos. Simplemente ya no estaré donde estés. Mi viaje terminó antes de que pudiera partir. Y sé que no voy a volver.

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