viernes, 8 de enero de 2010

Muerte

Espero... Hago de cuenta que no, pero espero. Mis pensamientos van, pero siempre vuelven. Miro de reojo, casi sin mirar, pero miro, y nada. Reviso una y otra vez. Nada. No llego a convencerme, sigo esperando. Pienso en una nueva meta, voy corriendo poco a poco la linea final. No quiero. La resistencia sigue vigente a pesar del tiempo.Etapas que culminan, ciclos que se cierran y vuelven a empezar. Que algo cambie para no cambiar, decía Fito en alguna canción. Sentir la desesperación del paso del tiempo y no poder hacer nada para evitarlo. Se escapa, y con él todas las posibilidades. Vacío. Cómo compensar el dolor aún vigente de las heridas. Quedarse sin aire, intentar respirar y sólo sentir la asfixia. Querer abrirse el pecho para poder liberar el alma. Puras fantasías, la realidad es todavía más cruel.Pasa un tren, luego otro, y así sucesivamente. La gente medio dormida y medio despierta padece un insomnio trasnochado que la vuelve torpe, indeseable, errante. Me siento uno más de ellos. Nada cambia. Todo sigue su rutina diaria, y por dentro me muero un poquito más. No importa cuánto lo espere, no llegará. No importa cuánto lo desee, nunca se cumplirá. Perdí el turno, y no puedo volver a comenzar. Todo sigue una lógica que no puedo comprender. Soy como un fantasma que deambula sin encontrar la paz.Vuelvo a mirar. Nada. Sé que es en vano esperar, pero no lo puedo evitar. Sé que no hay más excusas, pero busco una nueva fantasía para huir de la realidad.El reloj de arena se hizo añicos, ya no hay forma de volver el tiempo atrás.Imagino que todo es una pesadilla, pero no puedo volver a la cotidianidad. Todos los espacios, todos los tiempos, todos los recuerdos, todos los sentimientos, todos los proyectos quedaron congelados en un momento que ya nunca volverá. Las preguntas no tienen respuesta. Ni nunca las tendrán. Tu muerte me hiere y aunque lo intente, no te puedo resucitar.

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