Errante transcurrir entre una palabra y otra. Construcción de sentido que fluye si hay códigos compartidos. Caleidoscopio que muta eternamente en movimiento incesante entre lo que se quiere expresar, lo que se dice y lo que es mejor callar. Puede que al buen entendedor le alcance con pocas palabras. No es este el caso. A veces las palabras no son suficientes, otras logran un lindo resultado que es necesario y urgente compartir. Estos son sólo algunos escritos.
viernes, 8 de enero de 2010
La buena pipa
Una vuelta. Al principio tiene emoción, entusiasma, divierte. La segunda ya es de goloso. Ni hablar de la tercera y cuarta. Saludar en cada vuelta, pasar y esperar volver a los mismos lugares, las mismas miradas, la misma gente. Saber que todo empieza y se reinicia cada vez.Ya quería bajarme cuando el señor regordete y amable me ofreció la sortija. Y cómo decirle que no? Si está ahí, servida en bandeja. Prolongar el momento una vuelta más... qué más da.Pero ya no es lo mismo. Hasta ahora no había advertido lo extensos que me resultaban los dos minutos que dura la vuelta. El precio me parece alto, a decir verdad. No me causa gracia ni el caballito que sube y baja, ni las luces coloridas que iluminan la calesita. Solamente me quiero bajar.
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