viernes, 8 de enero de 2010

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Te extraño. Tu silencio me hiere. Tu ausencia me mata. Pasan los días y es como si la tierra te hubiera tragado. No estás en los lugares en los que estoy. No te leo en los mensajes que recibo. Mi telefono no me acerca tu voz al oído. No escucho las palabras que espero y que seguramente pronunciarás aunque yo no sea la destinataria.No quiero esperarte, pero no puedo evitarlo. Los días se hacen eternos. El tiempo no pasa jamás. Alguien se olvidó de apretar play y ahí estoy con imágenes suspendidas. No puedo rebobinar, tampoco puedo hacer trampa y avanzar más rápido. El stop se me hace insoportable.Te fuiste con un simple chau. Me prometiste no privarme de los recuerdos compartidos. Pero te los quedaste. Borraste todo lo que quisiste borrar y le pusiste photoshop a todo lo que se te ocurrió. En cambio, me quedé con las imágenes sepias de un tiempo que ya fue. Fantasías que no puedo distinguir entre la ilusión y la realidad.Cierro los ojos y te veo correr en pantuflas desesperadamente por el medio de la calle. No sé cómo hiciste. Te llamé. No sé lo que te dije, sólo recuerdo que en solo cinco minutos hiciste las veinte cuadras que nos separaban. Y te vi correr hacia mí. Así como estabas saliste de tu casa a mi encuentro. Traías un gran abrazo que me abarcó durante varios minutos. Si hubiera un final para la película de mi vida, hubiera deseado que en ese momento pusieran la música y mandaran los títulos. Te quedaste con todo. Hasta con mis últimos recuerdos.No sé dónde estás. No sé cómo estás. No sé con quién estás. Sólo sé que no estás.Y que te extraño.

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