viernes, 30 de abril de 2010

Complejidad

Ambivalencia continua. Vorágine que fagocita deseos aniquilados. Ánimos ultrajados por los desechos que generan los sueños rotos. Pesadillas cumplidas que hacen estragos en un plano de asfixia y dolor que no permiten despertar. Perder la noción del tiempo en su denso transcurrir. La esencia ya no es la misma, los amaneceres ya no están llenos de luz.
Sentir la ausencia continua de una presencia latente que no está ni se fue. Espectro fantasmagórico cuyo espíritu no logra descansar. No hay reposo para el alma inquieta. Así como el mar agita las olas con virulencia entre las rocas que forman el acantilado, así se revoluciona todo el interior de un ser que apenas late.
Dormir y soñar con los ojos abiertos. Espera que se agota y se renueva en cada desesperanza. Círculos concéntricos de pasión que mutan en su transcurrir. Espina incrustada en un abanico de sensibilidades profundas que no resisten la menor rispidez.
Cúmulo de voces acalladas, silencios reparadores, aglutinamiento de pensamientos inexpresados, argumentos hirientes, razones inconclusas. Ocaso de fantasía, tiempo de desilusión. Verdades a medias que convergen en un terremoto interior de grietas que profundizan el abismo irreparable y que anulan al ser.

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