lunes, 5 de julio de 2010

Patetica

Escucho la música que compartíamos y no puedo evitar la nostalgia. Ya entonces me transmitía una sensación de nostalgia y soledad que no alcanzaba a comprender por qué calaba tan hondo aún en tu compañía. Atardeceres tirados en el sillón con ganas de ninguna otra cosa más que escuchar la música y dejarnos llevar por sus acordes y nuestras caricias.
Encontré el disco buscando otras cosas. Hacía tanto que no escuchaba esa música. No la hubiera conocido si no era a través tuyo. La última vez que compartimos un momento juntos con esas canciones de fondo no pude evitar las lágrimas, como no puedo evitarlas ahora. Entonces apagaste el equipo y ya no hubo música, como no hubo nada de lo que habíamos conocido juntos.
A veces cuando te recuerdo me encuentro con el patetismo de una imagen que me llena de amargura. Me falta comprensión en esos instantes que suelen ser eternos. Esclava de un tiempo que pasa y de fantasías que no se hacen realidad, observo pasar la vida a través de las arrugas que se dibujan lentamente en mi rostro.
Maldita bisagra la que divide el antes y el después. Magia misteriosa que derrumba presagios y abre paso a pesadillas inimaginables. Secretos que se hunden en la profundidad del ser. Respuestas que nunca van a llegar.

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