viernes, 25 de junio de 2010

Vuvuzela

Es la vedette del momento. Le quitó protagonismo a todo. La pelota perdió fuerza en su eficacia y a nadie llamó la atención. Su interferencia generó quejas por la interrupción de la comunicación entre los técnicos y los jugadores. Las transmisiciones deportivas se vieron afectadas en su calidad de sonido. Los canales más sofisticados se ocuparon de equalizarlas. Pero aún así, el mundo todo habló de ella.
La mostraron en los programas deportivos, en los noticieros. Los famosos la exhibieron, la criticaron, la odiaron. Hablaron de su precio en Sudáfrica, y en los comercios del Once. Su sonido se hizo popular... vulgar forma de estar en la pomada dirían los más anticuados.
Más importante que Maradona como técnico, se la escuchó más que a las declaraciones de la selección francesa luego del escándalo, se hizo más famosa que la modelo paraguaya cuya única virtud fue realizar una grandiosa campaña de marketing de sí misma a partir de la exhibicion gratuita de sus pechos apretujados. Más liberadora que la política del apartheid.
Su nombre ya debe figurar entre los más mencionados en el último tiempo en el libro de los records. Pasó de ser una ilustre desconocida, a ser la más top. Algo así como Tito, el guardaespaldas de Ricardo Fort. Todos la nombran, todos la quieren, todos la critican, pero todos la tocan. Es, sin dudas, la vedette del momento. No importa quién resulte campeón, ella ya ganó.

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