miércoles, 1 de junio de 2011

Irracional

Hizo todo lo contrario de lo que siempre hubiera querido. No supo cómo resolver los enigmas que le presentaba la vida. Una y otra vez elegía la opción equivocada. Está viva, pero se siente morir cada vez más. Y si bien hay algo de verdad en eso, todos vamos muriendo cada vez más a medida que vivimos, ella se sentía ya en otro plano.
Tal vez haya sido la impunidad que le daba la muerte. O de verdad estaba al borde, en el límite entre la locura y la desesperación. A cada instante parecía empeñarse en hacerse cada vez más daño.
Sentía que nadie podía ayudarla. No fue capaz de pedir socorro. No encontró en su agenda un número que le sirviera, un contacto real que la contuviera. Estaba inerte, como parada en una cinta transportadora que la llevaba de un lado a otro sin tener voluntad para elegir algo que la rescatara.
Se preguntó mil veces si aún seguía viva. Se desesperaba cada vez que sentía que seguía perdiendo oportunidades. Nunca supo cuál era el sentido de su vida. No pudo encontrarlo. Tampoco el de su muerte, y ahora sufre en su propio infierno.
Hay quienes dicen que un día va a despertar. Yo no lo creo. Y ella tampoco.

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